martes, 30 de diciembre de 2008

Mazatlán

Cuando Fabiola encargada de contenidos del Gourmet.com me solicito que escribiera un crónica de un viaje gastronómico, de algún lugar que me gustara mucho inmediatamente pensé: Mazatlán. Lugo imagine: tacos de gobernador, aguachile, pate de camarón. Claro tenia que escribir de eso.



En la frontera del Pacifico con el Mar de Cortes se encuentra uno de los destinos gastronómicos mas alucinantes de México. Mazatlán no es solo un destino de bañistas donde la gringas se desatan en las tan frenéticas noches de Sprig Break. Carne de Sonora, pescados y mariscos de Pacifico y del Mar de Cortés sumado a un increíble sazón, hacen de la gastronomía silaoense una delicia que sin lugar a dudas hay que probar.

Mi crónica gastronómica empieza en la mañana y ¿porque no?, unos taquitos capeaos de pescado, camarón y pulpo en la Plaza Machado. Esta plaza “la Machado” esta en el centro de Mazatlán un paraíso neo colonial alejado de las albercas de los grandes hoteles ochenteros de la zona dorada. Los tacos son supremos, el pescado y el marisco tienen una frescura total y acompañados de una buena salsita, limoncito y por supuesto una michelada, son la manera perfecta de empezar el día en la playa.

Todo aquí es comer. Después de esos tacos, un paseo en la playa y ¿Por qué no?, un delicioso mariscoco. Dicho manjar mazateco es uno de los mejores cócteles de México. Esta locura de sabores es un coco relleno de camarón, caracol, almejas, pulpo, callitos, cilantro, pedazos de coco y mango verde combinados con clamato y la típica salsita sinaloense “Tamazula”. También tiene un poco del jugo de coco por lo que esta bebida-comida es un perfect snak playero.

La comida es sin lugar a dudas lo bueno y como bueno quiero decir “pescado zarandeado”, que para mi es la joya de la corona de la comida del puerto. Este pescado es la versión sinaloense del pescado a las brasas. Su belleza radica en su simplicidad: pescado fresco de preferencia Esmedregal, Róbalo o Dorado, madera de mangle, sal y pimienta. Hay muchos lugares para probar esta delicia el Restáurante Cuchupetas, Los Arcos o cualquier otra marisquería son una buena opción. El Restaurante Costa Marinera es, para mi, el que marca la diferencia, no solo por su vista al mar o por su tan famoso capitán de meseros que canta como Pedro Infante, la diferencia es el que el resto de las delicias sinaloenses como el pate de camarón, son increíblemente bien preparadas.

Después de tan alucínate travesía gastronómica, por no decirle comilona de locura, hay que descansar-la noche es joven. Tres horas de siesta después, despierto sin hambre y con sed mucha sed. He decidido ir a una noche de encuentros interculturales “fiesta” al World Famoso Señor Frogs. Cabe recordar que el primer restaurante de la cadena Carlos & Charlis “el Shirimp & Bucket” , de la cual forma parte el recinto anteriormente mencionado se encuentra en Mazatlán (por cierto, en el, se come de maravilla especialmente los camarones empanizados en coco). Bueno ya instalados en la barra del tan turístico lugar inmediatamente llaman mi atención las bebidas gigantescas que las gringas portan con tan poco estilo. ¿scuis mi what are you driking? Daiquiri de guanabana. ¡Bueno es en este lugar todo es tan rico! Hasta las bebidas frapes diseñadas para los turistas de chanclas y calcetines son deliciosas. Un poco harto del ambiente extra turístico del Señor ranas me dispongo a ir a mi hotel.

¡Maldita cruda! Segundo día de travesías culinarias y yo ¡fatal! Decido comenzar el DIA con algo que apacigüe el dolor de cabeza que las yardas de daiquiris frutales me han propinado. ¿Disculpe señor le encargo un aguachile de camarón y un clamato por favor?

El aguachile son láminas de camarones cocidas única y exclusivamente con jugo de limón y chile verde molido, se acompañan de pepino y cebolla morada. Decidido a que la resaca no dañe mi tan fascinante viaje, me encamino a ¿Por qué no? a la alberca de mi hotel. Tres micheladas después y una orden de Tacos del Gobernador (exquisita combinación de tacos asados de queso y camarón) estoy listo para continuar.

Son las 3:30 PM y con el afán de probar algo distinto me dirijo a un restaurante Japonés que un amigo me recomendó. ¿Japonés? ¿Por qué? ¿No es este el paraíso cócteles? Si, si es el paraíso de la comida del mar mexicano, pero las delicias que de éste emanan también se pueden comer con otros géneros culinarios. El MISO, es un restaurancito que combina el maravilloso producto del mar de Cortez, con las técnicas milenarias de la cocina nipona. Esta fusión esta a cargo del chef Nica Gura, que decidió después de años de haber trabajado en el afamado restaurante Suntory, irse a vivir a la playa y abrir su propio negocio. La frescura, calidad y variedad del producto combinado con el ingenio del chef Nica Gura hacen de este lugar uno de los mejores en su genero no solo en México sino en el mundo entero.

Por la noche -claro con hambre debido a que ligereza de la comida japonesa decido comer carne. Gracias a su cercanía con Sonora, la mejor carne de México, en Mazatlán se come una muy buena carne. Lo clásico para la carne son las carretas, pequeños asadores al aire libre ubicados en terrenos llenos de mesas de plástico de donde salen los mejores cortes que por supuesto salen sobre una tortilla a forma de taco.

Mi viaje mágico, místico y culinario ha terminado, y con el, me llevo recuerdos de sabores únicos. Y como sabores únicos quiero decir una lata de chilorio que compre en el aeropuerto.